A veces desearíamos que lo más agradable y hermoso que nos está ocurriendo, no se terminara jamás. Pero todo-lo mejor, lo peor y lo regular-, un día se acaba y las cosas cambian. Siempre deseamos que las personas a las que queremos no desaparezcan nunca. Pero siempre ocurre que, tarde o temprano, todos dejamos esta vida.
Y si te ocurre que una persona a la que quieres muere, quizá necesites llorar, sentir dolor, tristeza y hasta una rabia feroz; pero después, tal vez encuentres el más amable lugar donde colocar a esa persona en tu memoria. Y, seguramente, desde ese lugar te acompañará siempre.
Alfonso eta Armando, beti eramango zaituztegu gure bihotzetan.
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