Acuérdate de mí cuando yo haya partido,
cuando me aleje hacia el mundo donde reina el silencio;
cuando tú ya no puedas sujetarme de la mano
ni yo pueda girarme para quedarme.
Acuérdate de mí cuando día tras día
ya no puedas hablarme del futuro soñado.
Recuérdame tan sólo; comprenderás entonces
que el tiempo ya no admite plegarias o consejos.
Y si acaso me olvidas por un tiempo
y después me recuerdas, no te aflijas:
pues si la muerte y las tinieblas dejan
trazos de pensamientos que habitaron mi mente
será mucho mejor que olvides y sonrías
a que recuerdes y te entristezcas.
cuando me aleje hacia el mundo donde reina el silencio;
cuando tú ya no puedas sujetarme de la mano
ni yo pueda girarme para quedarme.
Acuérdate de mí cuando día tras día
ya no puedas hablarme del futuro soñado.
Recuérdame tan sólo; comprenderás entonces
que el tiempo ya no admite plegarias o consejos.
Y si acaso me olvidas por un tiempo
y después me recuerdas, no te aflijas:
pues si la muerte y las tinieblas dejan
trazos de pensamientos que habitaron mi mente
será mucho mejor que olvides y sonrías
a que recuerdes y te entristezcas.
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